Tenemos una gran tradición en razonamiento deductivo: partiendo de unos principios
que no se discuten, disciplinas como las matemáticas, el derecho o la teología deducen
sus consecuencias.
Pero para aprender y evolucionar, la Ciencia y la Técnica también requieren de la
observación. El método científico parte del conocimiento disponible para primero,
deducir consecuencias contrastables; y luego, una vez observadas éstas en unos casos,
usar la inferencia estadística para inducir los resultados a una población más amplia.
Enfrentar las ideas con sus consecuencias contrastables divide al proceso científico en 2
según 2 objetivos: exploratorio y confirmatorio.
Para cuantificar cuánto cambiamos la variable respuesta, recurrimos a medidas de la
magnitud del efecto.
Para cuantificar cuánto anticipamos de otra variable (presente o futura), recurrimos a
medidas de reducción de la incertidumbre.
En un estudio predictivo, la variable inicial será el índice o el indicador
pronóstico. En un estudio de intervención, la variable inicial será la maniobra o el
tratamiento que se aplica. En ambos tipos de estudios, se observará, al final del seguimiento, la respuesta o desenlace.
En los estudios experimentales, el investigador asigna el valor de la intervención a los
voluntarios, pero en los estudios observacionales las unidades se presentan con valor en
las variables de estudio.
Pero los estudios experimentales no siempre ofrecen ventajas: en la predicción o
pronóstico, un seguimiento no experimental (“cohortes”) con muestreo aleatorio
representativo es mejor que un ensayo clínico con selectivos criterios de elegibilidad.
Para valorar la capacidad diagnóstica de un indicador, uno transversal es suficiente.
La técnica usa los métodos estadísticos para proponer sistemas que mejoren nuestro
entorno.
La escala nominal clasifica a las unidades de acuerdo con ciertas
características, de forma que dos unidades de la misma categoría son
iguales entre sí y diferentes de las restantes categorías.
La escala ordinal cumple las propiedades de la escala nominal y,
además, permite ordenar las categorías.
La escala de intervalo cumple las propiedades de la escala ordinal y,
además, dispone de unidad de medida.
Las escalas nominal, ordinal y de intervalo corresponden a una visión ‘operativa’ de la
medida: se define una variable por la forma de medirla. Esta visión permitiría definir ‘el
cociente de inteligencia , como la variable con la que se cuantifica la inteligencia.
Pero nunca permitiría definir el concepto de inteligencia en sí mismo.
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